El huachicol carretero: ejemplo de la viralización del delito
El ciclo mediático a menudo nos hace creer que los riesgos de seguridad surgen de la nada y
de manera imprevista. De igual forma, conforme un nuevo tema desplaza a otro en las
noticias, podemos creer que un riesgo de seguridad sencillamente desapareció -lo cual
tampoco es necesariamente cierto. Algunos eventos, en especial los sorpresivos, novedosos,
negativos, que afectan a las élites e inesperados, se vuelven muy relevantes en los medios
de comunicación. Pero los temas nos cansan rápidamente, así que el ciclo mediático los
entierra tan pronto como aparecen.
Por ejemplo, para muchos el tema del robo de combustible a los oleoductos de Pemex de pronto
pasó de ser un tema inexistente a una crisis nacional de primer orden y con la misma
celeridad se convirtió en un tema resuelto. Sin embargo ninguna de esas impresiones reflejan
la realidad del problema.
Más que aparecer y desaparecer abruptamente, el fenómeno delictivo tiene un comportamiento
similar al de un meme que se viraliza. Es decir, conforme aparece un nuevo modus operandi
que resulta exitoso para un grupo, paulatinamente otros grupos delictivos comienzan a
replicar dicho “modelo de negocio”.
Uno de los principales valores agregados de un área de inteligencia para seguridad
corporativa es tener visibilidad sobre el horizonte de riesgos que vienen en camino y sobre
su dimensión real, estén o no reportados en las primeras planas. Un ejemplo más reciente de
esto es el tema de las tomas de caseta, conocido como el “huachicoleo carretero”, fenómeno
que consiste en grupos que piden “contribuciones” a automovilistas en casetas de peaje. Las
tomas de casetas por protestas o por actos de extorsión ha costado alrededor de 6 mil
millones de pesos los últimos dos años, según información de Marco Frias de la Asociación
Mexicana de Concesionarios de Infraestructura Vial. Asimismo, hay reportes de que algunos de
estos incidentes se han tornado violentos y de que algunos de los grupos responsables están
dirigidos por grupos de delincuencia organizada. Si bien en las últimas semanas los medios
nacionales han dado mucha cobertura al tema, este fenómeno venía en ascenso desde hace
tiempo, como lo demuestra el análisis a continuación, realizado con nuestra base de datos
propietaria de incidentes delictivos georreferenciados.
En los doce meses contados a octubre de 2020, se han registrado poco más de 7,800 tomas de
caseta en todo el país. De hecho, mientras que en octubre de 2019 se registraron un promedio
de 24 tomas de caseta diarias en todo el país, en octubre de 2020 dicha cifra creció a poco
menos de 45 tomas de casetas diarias.

Sin embargo, lo que es interesante notar es no tan solo que el número total de incidentes va en ascenso, sino que su difusión espacial también ha crecido consistentemente a lo largo del último año. Mientras que en octubre del año pasado 19 estados registraron este tipo de incidentes, en octubre de 2020 24 estados registraron tomas de caseta. De igual forma, a nivel municipal se cometieron tomas de caseta en 89 municipios en octubre de 2019, mientras que en octubre 2020 dicho fenómeno impactó a 113 municipios.

Este es un claro ejemplo de la viralización del delito, ya que conforme nuevos grupos se dan
cuenta de que es posible sacar negocio, apostándose en casetas e intimidando a
automovilistas sin mayor consecuencia, lo racional es imitar dicho modus operandi.
Asimismo, esto también ilustra la importancia de que las empresas inviertan en materia de
inteligencia, ya que les permite tener datos duros con los cuales diseñar estrategias de
prevención y anticipación a riesgos.
Los bloqueos en casetas nos muestran que, cuando un problema no es atendido, los grupos
criminales aprenderán y en consecuencia, serán cada vez más activos y eficientes. Cuando no
se actúa en contra de los delitos que se sufren, lo más factible es que los delincuentes
encuentren un ingreso fácil en sus víctimas y que otros grupos también lo hagan. Así, un
problema que empieza tal vez con unos cuantos delitos, se puede convertir en un riesgo a
nivel nacional.